Con la calma vuelven los colores

Por Ana Fernández (Docente y facilitadora del programa de alfabetización emocional "En Sus Zapatos").

Después de semanas sin salir de las casas, es posible que en nuestro entorno familiar necesitemos herramientas para enfrentar las situaciones estresantes que afectan sobre todo a los más pequeños. Niños y niñas han sufrido un cambio drástico en su vida cotidiana, y es probable que se encuentren  sin recursos para gestionar su estado emocional.

El primer recurso que necesitan aprender para gestionar sus emociones es la técnica de la respiración consciente. Podemos ayudarles a que hagan este aprendizaje de lograr la calma, si les mostramos que con respiraciones profundas estas emociones que hacen daño y que son representadas por un monstruo pueden disminuir y hasta desaparecer.

Os presento este breve relato “LA VUELTA A LOS COLORES” que puede servir a los adultos para ayudar a que los niños aprendan a lograr la calma.

De hecho, una vez contado les hayamos contado el cuento, podremos practicar con ellos haciendo las tres respiraciones que serán útiles cuando queramos ganarle la batalla al dolor emocional (el monstruo) y para apartar los pensamientos negativos de nuestra mente.

LA VUELTA A LOS COLORES

Te voy a contar lo que me ocurrió.

Pasó en estos días en los que todos estábamos confinados. Es  decir, en los días en que no podíamos salir de casa, ni tampoco ir al colegio. Fueron estos muchos días… muchas semanas.

No podíamos ir a la calle, porque decían que había un bicho muy peligroso suelto; el Coronavirus lo llamaban.

A mi todo esto me tenía muy… pero que muy enfadada. Es que…. ¡¡¡¡no podía salir de casa!!!

Estaba tan, tan, tan enfadada que mi enfado se hizo más fuerte. Mi Enfado se convirtió en un monstruo muy grande que me acompañaba a todos los sitios de la casa. Iba siempre detrás de mí y me decía que chillara, que rompiera cosas, que me portara mal, que no era justo lo que estaba pasando y que tenía derecho a no hacer caso ni a obedecer a nadie, que no hiciera caso,... Todo lo que me rodeaba era de color gris. Ya no había colores en mi vida.

Pero, ¿sabéis qué me pasó?

Pues que me cansé de tener la compañía de este monstruo del enfado!!

Así que lo encaré.

Me di la vuelta. Miré al monstruo de la rabia fijamente.

Entonces: — ¡¡¡Respiré!!! Respiré y volví a respirar.

Y  cada vez que el aire entraba por mi nariz y salía por mi boca, mi emoción se iba haciendo más pequeña  y más pequeña.

El monstruo no me llegaba ya ni a las rodillas, era muy pequeñito.

Y de repente… el color gris que me rodeaba se había ido y volvía a ver todo de colores!!

Así es como conseguí que mi mundo fuera otro. En casa se estaba mejor porqué yo ya estaba calmada, porque yo estaba mejor.

¿Te pasa a ti también?

 

 

Translate »