Por Ana Ávila. Docente y facilitadora del programa de alfabetización emocional “En Sus Zapatos”.
Septiembre 2020. Toca reinventarnos, emocionar a nuestros alumnos desde la distancia de seguridad, desde nuestros ‘’tapa sonrisas’’, trabajo colaborativo a más de metro y medio, y lectura de emociones debajo de esa mascarilla que les tapa casi su cara al completo.
Para este contexto de normalidad diferente, os propongo un recurso para visualizar de forma rápida el ‘’clima emocional’’ del aula con nuestros alumnos de primaria.
EL EMOCIÓLOGO DEL AULA
¿Qué necesitamos?
-Un alumno o alumna: “maestro/a emociólogo/a”.
-Mascarillas de explorador (una mascarilla un poco más especial para este personaje) y guantes.
-Círculos de cartulinas de colores: rojo (para representar a la ira), azul (para representar a la tristeza), negro (para representar al miedo), amarillo (para representar a la alegría).
-Urna (de las que se utilizan en el colegio para votar).
-Rotuladores, lápices o pinturas. Es decir, material con el que poder escribir.
¿Cómo lo hacemos?
-La actividad inicia cuando la maestra presenta de forma clara y sencilla las emociones de ira, tristeza, miedo y alegría. Y las relaciona con su color para que los alumnos las reconozcan: la ira con el rojo, la tristeza con el azul, el negro con el miedo, y el amarillo con la alegría.
-Escogemos al ‘’maestro o maestra emociólogo/a”. Cada semana nos aseguraremos de que sea un alumno diferente.
-Cuando los alumnos entran a la clase seleccionan la cartulina del color que representa la emoción que sienten y escribirán una palabra sobre ella. Luego, introducen la cartulina en la urna. El ‘’maestro emociólogo’’ facilitará este proceso.
-Una vez todos los alumnos han introducido su cartulina, el ‘’maestro emociólogo’’ las saca y las recuenta. Viendo cuántos se sienten con la emoción de la rabia, cuántos con el miedo, o con la tristeza o con la alegría. De esta forma se toma conciencia del clima emocional que tiene ese día el aula. Será una información útil para nosotros, para los alumnos y para los especialistas que lleguen a dar clase.
-Al final del día el “maestro emociólogo” lee en voz alta las palabras introducidas en nuestra urna, los alumnos/as tomarán la palabra. Explicarán lo que puede significar para ellos/as, lo que significa para ellos si es su propia palabra, y si su emoción ha cambiado qué palabra es la que utilizarían ahora acorde a cómo se sienten.
Esta actividad introducida en la rutina del aula nos permitirá partir del clima emocional existente para el trabajo con el alumnado, esto facilitará el desarrollo de las diferentes sesiones; pues no será igual una urna mayoritariamente amarilla, roja, azul o negra.
Con este rápido Emociólogo: nos escuchamos, nos sentimos y ayudamos.