Continuamos en una situación de crisis sanitaria y también de una tremenda incertidumbre. El miedo acecha, y detrás le siguen la rabia y la tristeza. La esperanza, la confianza, la alegría o la calma tienen poco espacio.
Ante esta situación y siempre, contar con recursos para gestionar las emociones son la clave para poder tener bienestar interior y, por ende, con el resto de personas que nos rodean; contando siempre con que el conflicto –no todos vemos las cosas, ni sentimos de la misma forma‑ será algo con lo que tendremos que lidiar de manera habitual.