Te hace ver y entender mejor a tus alumnos y a la vez te conviertes en una persona más observadora y paciente. Durante y después de realizar el curso me he replanteado muchas actitudes y comportamientos tanto míos como de mis alumnos y he intentado usar otro tipo de estrategias para relacionarme con ellos.

Lo recomiendo al 100% ya que ayuda mucho al educador/ a conocer a sus alumnos/alumnas según su temperamento y soluciona de manera práctica el poder ayudarlos/as con herramientas necesarias para la vida, la relación social y su motivación en el aprendizaje.

Me he dado cuenta que en todo lo que he leído hasta ahora de crianza y educación nunca se había tenido en cuenta el temperamento del niño. Me ha ayudado a ser más consciente de la naturaleza de cada niño y que no vale el “café para todos”, cada uno tiene diferentes necesidades y fortalezas y nuestra manera de acompañar no puede ser la misma en todos los casos.

He puesto en práctica en mis clases las pautas sobre los diferentes temperamentos y realmente ha funcionado.